Desarrollo evolutivo

Desarrollo evolutivo

Hablamos de desarrollo evolutivo para referirnos a los cambios que se van produciendo en el crecimiento de una persona desde su nacimiento hasta su muerte.

Como progenitores nos interesa especialmente conocer cuáles son las características más destacadas de cada etapa y algunas ideas básicas para que nuestras hijas e hijos crezcan de manera adecuada.

La primera infancia va del primer al tercer año de edad, y coincide aproximadamente con la etapa en la que muchos niños y niñas asisten a la guardería.

  • Lenguaje: telegráfico, con palabras sueltas. Más tarde, capacidad de formular frases simples con incorrecciones como la generalización (llamar "gato" a un perro, por ejemplo).
  • Desarrollo físico: el tamaño del torso y de las extremidades sigue creciendo, y la diferencia de tamaño entre la cabeza y el resto del cuerpo se reduce. Pasan del gateo a andar. Exploración del entorno. Capacidad de descubrir cosas. Empiezan a controlar esfínteres.
  • Pensamiento: egocéntrico,  en el sentido de que cuesta mucho imaginarse lo que piensan o creen los demás. Centrado en lo inmediato, lo que puede ver y tocar.

El período preescolar va de los 3 a los 6 años. Se gana en control del entorno.

  • Pensamiento: atribución de intenciones, creencias y motivaciones únicas (que sean distintas de las propias) a los demás. Enriquecimiento de las relaciones sociales con iguales, y con nuevos adultos (maestras/os). Más conexiones en el cerebro. Al final de esta, muchas veces se empieza a tratar de ajustar el propio comportamiento a los roles de género.
  • Lenguaje: más complejo, intencional. Se emplea como herramienta para conseguir cosas y expresar estados de ánimo.
  • Desarrollo físico: mejora de habilidades motoras. Entrenamiento de la motricidad fina.

El período escolar es la última etapa de la infancia y la que da paso a la adolescencia. Va de los 6 a los 12 años.

  • Pensamiento: la capacidad de pensar en términos abstractos y matemáticos se desarrolla mucho, aunque no llega a su máximo.
  • Desarrollo socioafectivo: se establecen lazos de amistad, de relaciones socioafectivas estables. El círculo social ajeno a la familia empieza a ser uno de los factores que configuran la identidad de los niños y niñas, y esto hace que las normas familiares empiecen a ser quebrantadas con frecuencia y teniendo consciencia de ello. La impulsividad también suele ser una característica de esta etapa, así como la propensión a preferir metas a corto plazo que aquellas que se encuentran muy alejadas en el futuro.
  • Desarrollo físico: motricidad fina y mayor control del cuerpo si se favorece desde la familia y la escuela. Alto potencial. Al final del período escolar el cuerpo empieza a manifestar las señales de la pubertad, marcado por los cambios de voz en los varones y el crecimiento de los senos en las jóvenes, entre otras cosas.

Etapa de grandes cambios. Comienza la metamorfosis. De forma resumida hablamos de:

  • Pensamiento: ser o no ser: la configuración de la identidad. Pensamiento abstracto. Cuestionarlo todo.
  • Desarrollo social. la importancia de los amigos y los enamoramientos. Primeras relaciones. Conducta prosocial.
  • Desarrollo emocional: montaña rusa de hormonas, sentimientos y emociones. Enfados en casa, descontrol, cuestionamiento y separación de la figura parental.
  • Conductas: conductas de riesgo. Problemas de control, rebeldía, distanciamiento de la familia.

 

¿Por qué educamos de forma diferente a nuestros hijos/as?

 

Básicamente por dos motivos:

  • Por la forma en que nos han educado en nuestras respectivas familias. Si no hay graves conflictos, tendemos a repetir lo aprendido de nuestros padres. También al contrario, si nuestra educación fue vivida de forma negativa, intentamos no repetir esos procesos, yendo al extremo contrario.
  • Por los cambios sociales (incorporación creciente de la mujer al mundo laboral, nuevos roles paternos, menor número de hijos/as,...) que vivimos en esta época.
  • Como consecuencia, muchas de las estrategias que nuestros padres y madres emplearon con nosotros no sirven con nuestros hijos e hijas.

Por último, hay que tener en cuenta que muchas de las cosas que nuestros hijos e hijas aprenden de nosotros no se las enseñamos adrede.

Aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos”.

 

¿Qué necesitan nuestros hijos e hijas para crecer de manera adecuada?

Mucho cariño

El afecto, el cariño, el amor, es el motor de la vida, y aquello que da sentido a las cosas que hacemos. Querer a nuestros hijos/as y saber trasmitirles ese amor es uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos padres y madres.

Un entorno seguro

Niños y niñas necesitan estabilidad y seguridad, especialmente en las primeras etapas de su desarrollo. A la cobertura de necesidades primarias como alimentación, cobijo, ropa, atención sanitaria, etc. se debe unir un entorno con normas y límites que nos ayuden a guiarles por el camino de la responsabilidad y la independencia.

Relaciones sociales

Somos seres sociales, y esto es especialmente cierto en los primeros años de vida, donde dependemos de los demás paras sobrevivir. En la medida en que establecemos una red de relaciones (familiares, de amistad, de la comunidad) conseguiremos ser socialmente competentes para vivir en sociedad.